El impacto ambiental de un producto no solo se da durante la etapa de producción del mismo. Analizar solo el impacto de las etapas de las que nos encargamos en el Ingenia sería quedarse en la superficie, ya que igual o más importante aún son otras etapas del ciclo de vida del producto como la extracción o procesado de materiales, la distribución del producto final y la capacidad de reciclaje o reutilización que se le puede dar una vez terminada su vida útil.
Pongamos un ejemplo. El cartón es un material completamente reciclable, reutilizable, que durante el montaje no requiere de operaciones costosas energéticamente y es relativamente ligero a la hora de su transporte. Parece un material ideal, pero la producción de cartón requiere el consumo de grandes cantidades de agua, que queda inutilizada, por lo que habría que evaluar los impactos de cada etapa, con sus ventajas e inconvenientes frente a otros materiales, a la hora de elegir el material base para los muebles. A este análisis se le llama Análisis de Ciclo de Vida (ACV).
Uno de los retos ingenieriles de este Ingenia es ser capaces de diseñar y construir puestos con un impacto ambiental durante su ciclo de vida mucho menor que el presente en muebles tradicionales. Es la sostenibilidad la que da un valor añadido extra al producto, teniendo más importancia que la propia exclusividad que le damos a cada Ingenia con su puesto propio o la disminución de costes que pueda conllevar utilizar materiales reciclables para años posteriores.
Debido a que el Ingenia no trata en sí de la realización de un ACV nos centraremos en los dos impactos que más importantes consideremos. El primero de ellos es, como no podía ser de otra forma, la emisión de gases de efecto invernadero. Durante el desarrollo y montaje del producto no hay ninguna labor que implique la emisión de estos gases, pero hay dos etapas principales como son la producción y sobre todo el transporte que deben tenerse en cuenta para estimar la emisión de estos gases durante todo el ciclo de vida del producto.
El otro impacto a analizar viene durante la producción y procesamiento de la materia prima elegida, en la que el agua es un elemento esencial. Actúa como un enlace entre las fibras del mismo, es necesaria para el transporte, limpieza, se usa como disolvente, transmite energía en forma de vapor y se necesita en las unidades de refrigeración. Se estima que son necesarios 270 litros de agua para la producción de un kilogramo de cartón. Si bien es cierto que la mayor parte (cerca de un 92%) es devuelta al medio de donde se ha recogido, puede estar contaminada, causando un impacto en el medio ambiente. Esta razón es la principal para plantearse, en el caso de tener que hacer un proyecto parecido, si los materiales elegidos para este son los óptimos o si por el contrario puede haber una opción mejor, que ayude a reducir el impacto ambiental del producto a crear.
Pongamos un ejemplo. El cartón es un material completamente reciclable, reutilizable, que durante el montaje no requiere de operaciones costosas energéticamente y es relativamente ligero a la hora de su transporte. Parece un material ideal, pero la producción de cartón requiere el consumo de grandes cantidades de agua, que queda inutilizada, por lo que habría que evaluar los impactos de cada etapa, con sus ventajas e inconvenientes frente a otros materiales, a la hora de elegir el material base para los muebles. A este análisis se le llama Análisis de Ciclo de Vida (ACV).
Uno de los retos ingenieriles de este Ingenia es ser capaces de diseñar y construir puestos con un impacto ambiental durante su ciclo de vida mucho menor que el presente en muebles tradicionales. Es la sostenibilidad la que da un valor añadido extra al producto, teniendo más importancia que la propia exclusividad que le damos a cada Ingenia con su puesto propio o la disminución de costes que pueda conllevar utilizar materiales reciclables para años posteriores.
Debido a que el Ingenia no trata en sí de la realización de un ACV nos centraremos en los dos impactos que más importantes consideremos. El primero de ellos es, como no podía ser de otra forma, la emisión de gases de efecto invernadero. Durante el desarrollo y montaje del producto no hay ninguna labor que implique la emisión de estos gases, pero hay dos etapas principales como son la producción y sobre todo el transporte que deben tenerse en cuenta para estimar la emisión de estos gases durante todo el ciclo de vida del producto.
El otro impacto a analizar viene durante la producción y procesamiento de la materia prima elegida, en la que el agua es un elemento esencial. Actúa como un enlace entre las fibras del mismo, es necesaria para el transporte, limpieza, se usa como disolvente, transmite energía en forma de vapor y se necesita en las unidades de refrigeración. Se estima que son necesarios 270 litros de agua para la producción de un kilogramo de cartón. Si bien es cierto que la mayor parte (cerca de un 92%) es devuelta al medio de donde se ha recogido, puede estar contaminada, causando un impacto en el medio ambiente. Esta razón es la principal para plantearse, en el caso de tener que hacer un proyecto parecido, si los materiales elegidos para este son los óptimos o si por el contrario puede haber una opción mejor, que ayude a reducir el impacto ambiental del producto a crear.
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