Hoy hablaremos de materiales. ¿Materiales? Sí. La sola
palabra ya provoca temor a cualquiera que haya estudiado el grado en esta escuela...
Pero tranquilos, no temáis, no estudiaremos el diagrama hierro-cementita ni
los diferentes aceros. No. Para nuestros stands buscamos otro tipo de materiales
completamente diferentes.
¿Qué queremos? Facilidad de trabajo, comodidad de montaje,
versatilidad… Buscamos un material que sea ligero y manipulable, pero a la vez
resistente.
Además, nuestros stands deben responder a unos principios de
sostenibilidad y responsabilidad medioambiental. Por ello, barajamos el uso de
materiales fácilmente reciclables o incluso que sean en sí mismos de origen
reciclado.
Todas estas cualidades hacen que dirijamos nuestro estudio a
materiales como el cartón o los derivados de la madera.
Si pensamos en el cartón, se nos plantean de antemano
inevitables dudas. ¿Es verdaderamente factible la construcción de un mobiliario
como este en cartón? Pues todo depende de la forma que demos a este cartón. Una
de las soluciones más innovadoras es el cartón
nido de abeja.
Se trata de una estructura de papel y es, por tanto, 100% reciclable. Entre dos coberturas de cartón de alto gramaje dispuestas a modo de sándwich se halla un
interior en forma de panal. Esta estructura es la más resistente de las
conocidas, ya que optimiza el rendimiento del papel dando la mayor resistencia
posible para la cantidad de material empleada.
Trabajar con cartón resulta especialmente sencillo y esta
estructura permite la creación de estructuras plegables fácilmente montables y
desmontables. En cuanto a su resistencia, para un panal de unos 20mm de grosor hablamos de unos 3.8 kg/cm2 (Datos ofrecidos por el fabricante Nidokraft)
Por otro lado, si buscamos aún más robustez en nuestro
mobiliario, podemos considerar la madera como materia prima. Por una cuestión
tanto de presupuesto como de desarrollo sostenible, pensaremos en la
utilización de derivados de la madera o maderas prefabricadas. Distinguimos
principalmente aglomerados o conglomerados, contrachapados y tableros de
fibras.
El aglomerado se obtiene a partir de pequeñas virutas o serrín
encoladas a presión en una proporción de un 85% virutas y un 15% cola.
Existen diferentes tipos en función del tamaño de las partículas, de su
distribución o del adhesivo utilizado. Se trata de un material estable, de
consistencia uniforme y superficie totalmente lisa. Sin embargo, es altamente susceptible
al exceso de humedad, dilatándose irreversiblemente al contacto con el agua. La
mayoría de los tableros aglomerados son relativamente frágiles y presentan
menor resistencia a la tracción que los contrachapados, que al tener distintas capas
superpuestas perpendicularmente ofrecen más aguante.
El contrachapado se construye pegando las capas de madera con
las fibras transversalmente una sobre la otra, alternamente. Al tener fibras de
madera en direcciones transversales será más resistente a la distorsión por contracción
y dilatación que un tablero o lámina de madera maciza.
Por último, los tableros de fibras se construyen a partir de maderas que
han sido reducidas a sus elementos fibrosos básicos y posteriormente
reconstituidas para formar un material estable y homogéneo. Dependiendo de la
presión aplicada y el aglutinante empleado en su fabricación se obtienen materiales
de distinta densidad. Se pueden dividir en dos tipos principales, los de alta
densidad, que utilizan los aglutinantes presentes en la misma madera (duros y semiduros) y los de densidad media, que se sirven de
agentes químicos ajenos a la madera como aglutinante de las fibras.
Todos estos derivados de la madera tienen muy buen acabado, son baratos y fácilmente trabajables con herramientas de carpintería.
En función de nuestras necesidades y limitaciones evaluaremos las distintas posibilidades, sin
olvidar en ningún momento cuál es al fin y al cabo el material más importante:
nuestra creatividad.



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